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Jimena González: de la poesía en voz alta a la poesía escrita

¡Hola a todxs! Mi nombre es Jimena González y hoy quiero contarles sobre un proceso particular: ir del spoken word o la poesía en voz alta a la poesía escrita y no al revés. Yo hago poesía en voz alta hace cuatro años, mi trabajo ya ha sido compartido en este blog. Es fácil pensar que para hacer poesía en voz alta es necesario tener experiencia escribiendo poesía o al menos ser un lector ferviente de esta. Sin embargo, conmigo ocurrió de otra forma. 

Mi primer acercamiento a la poesía en voz alta o spoken word

Yo conocí el spoken word, o poesía oral contemporánea, a través de YouTube. Antes de eso, la poesía era el género literario que menos me atraía. Un poco porque la poesía escrita que yo conocía era la clásica de palabras rebuscadas y una solemnidad exagerada.  Quiero compartirles ese video que marcó un antes y un después en la forma en que yo concebía la poesía.

Al escuchar a Sabrina, noté que la poesía escrita no era la única forma poética, y que las posibilidades de ésta se ampliaban cuando la palabra era dicha. Me atravesaba completamente ver cómo su cuerpo se manifestaba junto a su voz, cómo existía una correspondencia entre ambos. 

A este primer acercamiento siguieron otros del mismo tipo. Fue entonces cuando empecé a escuchar con más frecuencia el término de spoken word. Mi curiosidad me llevó a buscar spoken word en México, pues hasta ese momento sólo había escuchado a poetas estadounidenses y argentinos. Esa misma búsqueda me llevó a mi primer slam de poesía. En dicho evento escuché por primera vez a Cynthia Franco y supe que había encontrado mi conexión con lo poético, no desde la poesía escrita, sino desde la poesía en voz alta. 

Escribir para decir y escribir para leer

Estaba decidido. Quería hacer lo mismo que hacían Sabrina y Cynthia. Entregar todo mi cuerpo a lo que digo, estar completamente convencida, proyectar mi voz, interactuar con quien escucha, hacerlo reaccionar. Recuerdo que escribí un texto sobre una cadena de hotmail y que me fue muy difícil leerlo. Me dí cuenta de que mi cuerpo no se sentía cómodo porque me temblaban las manos, no podía dejar de mover los pies y tenía el estómago revuelto. Algo no estaba saliendo bien. 

Entonces, ¿el spoken word no era solamente leer en voz alta? ¿lo que fallaba era mi cuerpo o mi poesía escrita?. Sólo con la experiencia, yendo a uno y otro slam, pude darme cuenta de que mi cuerpo respondía a lo que yo decía desde un lugar honesto, quiero decir, desde un lugar que mi cuerpo experimentaba de forma profunda. También entendí que, cuando escribes para decir en voz alta, tienes que atender al ritmo de tu cuerpo más que respetar el ritmo de escritura que aprendiste en la escuela, por ejemplo. 

Por eso disfruto hacer spoken word más que hacer poesía escrita -es decir, la que se piensa solamente para ser leída por otrxs- , porque a través de este ejercicio pude conocer mi cuerpo en un plano diferente. Sé qué palabras hacen que se me acelere el corazón, qué cosas necesito decir lento y qué sentires necesitan decirse de prisa, pero todo a través de la sustancia que me permite seguir haciendo poesía en voz alta: mi experiencia corporal. 

En ese sentido, no considero que mi escritura haya sido previa a mi ejercicio de la poesía en voz alta, sino que tuve que conocer el ritmo de mi voz y el ritmo de mi cuerpo para hacer poesía escrita cuya enunciación valiera la pena, al menos para mí. Sin embargo, no me atrevería a decir que conozco estos ritmos por completo; pienso que se transforman según cambia mi experiencia corporal. 

Fotografía por el Museo Universitario del Chopo

Poesía en voz alta e improvisación

Después de un tiempo de hacer spoken word con un soporte escrito, llegó el momento en que no tenía idea de qué escribir. En general esto me pasa cuando siento demasiadas cosas al mismo tiempo, tantas que llegan a rebasarme. Recuerdo en específico un evento en un lugar clandestino para el cual me puse la ropa de mi hermano. Arriba llevaba una camisa de camuflaje que fue mi salvación, pues fue el elemento principal con el que improvisé por primera vez. 

La improvisación iba acerca de la militarización del cuerpo, sobre la rigidez y la firmeza que se le exige a nuestras corporalidades para sobrevivir en este mundo que siempre está en guerra. Hasta ahora pienso que eso era lo que me impedía escribir, el exigirme a mí misma tanta firmeza, y mi cuerpo supo manifestarlo cuando llegó el momento. 

La posibilidad de improvisar en el spoken word también me parece fascinante y es otra de las herramientas que me ha brindado para conocer mi cuerpo, aún cuando no tengo palabras para decirlo, me permite saber qué necesito. 

Toco el tema de la improvisación para decir que mi escritura está directamente relacionada con el cuerpo, lo que me lleva al siguiente punto. 

El Spoken Word como generador de colectividad

Me pasó en muchos lugares, desde ese lugar clandestino hasta instituciones oficiales,en los que después de improvisar muchas personas me preguntaban el nombre del poema. Me decían que les había provocado llanto e identificación. Todas esas veces, quienes se me acercaban, eran mujeres, en toda la amplitud de la palabra, y cuerpos disidentes. 

A través de la interacción en el Slam Poetry y otros espacios donde he hecho spoken word, me di cuenta de otra cosa: la poesía en voz alta, a diferencia de la poesía escrita tradicional, genera vínculos entre los cuerpos que dicen y los cuerpos que escuchan. No puede ser de otra forma, porque escuchar es, ante todo, recibir a lxs otrxs. Y no hay cuerpo que necesite más ese vínculo que un cuerpo marginado, excluido o apartado por no pertenecer a la norma. 

Ahí estaba la razón por la que la poesía escrita tradicional nunca me había atraído, porque la poesía que una lee en la secundaria o en la prepa es por excelencia poesía hecha por hombres blancos heterosexuales, y ahí yo no encontré vínculo posible con mi experiencia. 

Por eso quise compartir como fue el proceso de ir desde el spoken word o poesía en voz alta a la escritura. Quisiera que esos cuerpos apartados supieran que existen otras formas de decir y otras formas de escuchar que no sean la escucha pasiva. Que sepan que generar una reacción en quienes escuchan no tiene que ver con escribir con maestría, sino con escribir desde la honestidad. Finalmente, que la honestidad no es para nada parecida a la verdad.

La honestidad es el vínculo profundo entre el cuerpo y la voz, es el cuerpo diciendo lo que lo atraviesa. Y la verdad es impositiva y hegemónica, o sea que pretende ser la misma para todos los cuerpos. Es en conocer lo profundamente conectados que están nuestro cuerpo y nuestra voz, ahí es donde encontramos la poesía. Esa que genera vínculos necesarios y nos hace saber que no estamos completamente solos.

Si alguno de ustedes quiere conocer estos poemas que han surgido a partir de hacer poesía en voz alta, les dejo el enlace a mi blog personal.


También puedes escuchar mi poema Las otras en mi voz y leer las palabras por acá.

Si quieres ver la entrevista que me hicieron para la serie Mujeres y Spoken Word puedes hacerlo aquí.

Este poema de Jimena González te recordará que el amor no debe doler

Hay poemas que nos ayudan a mirar el mundo desde una perspectiva totalmente diferente que termina por transformarnos y este poema de Jimena González te recordará porqué el amor no debe doler. Jimena escribe y hace poesía en voz alta, aunque antes de encontrarse con esto último en realidad no se decantaba por la poesía. Fue a través de pronunciar las palabras y ponerlas en un escenario a través de torneos de poesía conocidos como poetry slams que empezó a gustarle. Quizás a ti pueda empezar a gustarte a través de los poemas de Jimena.

Porque este poema tiene el poder de transportarte al mundo claroscuro de las ancestras que se sintieron obligadas a reírse de los “chistes ofensivos de sus maridos ebrios”. A un mundo donde decir familia, implica también hablar de tipos de violencia que son posibles gracias al silencio de las víctimas y la inacción quienes las rodean. Dale play al audio y escucha este poema de Jimena González en voz de su autora.

Las otras, un poema de Jimena González

Las mujeres de mi familia,

familia de mi padre,

siempre son “las otras”;

no tienen nombre propio

cuando son evocadas

por sus mal llamados

amantes.

Todas Josefinas,

llorando manchas violeta

ocultas en el cuello.

Todas Josefinas

esperando,

que Benito

deje a su mujer,

deje de beber,

deje de vivir.

Por el lado “de la Luz”

mis raíces son mujeres

adornadas de “des”

mujeres desesperadas,

despechadas, desgraciadas.

Pero nunca, nunca

nunca des-enamoradas.

Escribo

para sanarme, para sanarlas,

para ser algo más que víctimas,

alguien más que “algo”

mucho más que “otras”.

Para desarraigar la competencia

con la que nos adoctrinaron

Escribo para aprender que

amamos mucho y a muchos,

y no es motivo de vergüenza.

Que deseamos a muchos,

los deseamos mucho.

Y eso nunca nunca debe doler.

Porque vengo de una familia

de mujeres que se sienten obligadas

a reírse de los chistes ofensivos

de sus maridos ebrios.

De mujeres encerradas y silenciosas;

escribo para enseñarles a gritar,

para arrancarles del alma

el “tú, te callas”.

Escribo por mi abuela Josefina,

para que reencarne en bailarina

Por mi tía, para que no vuelva a llorar

para que no le duelan los huesos.

Para que mi abuela, María, deje

a mi abuelo, muchas veces más

Y tenga novios,

muchos, muchas veces más,

que siga escribiendo poesía

y ya no tenga miedo

de mostrar sus pechos.

Grito por las rodillas sangrantes

de mi bisabuela Emilia,

haciendo mandas a la virgen

para que reencarne

en el mar de Guerrero

y tire los altares de un tsunami.

En mis pies enredo sus raíces

y en mis manos sus nubes

para que Ale no vuelva a Morelos

y Gabriela se canse de Noé,

para que el dolor se vaya

con la facilidad con que

nuestros padres se fueron.

Para no volver a ver

mi cuerpo de 11 años

tirado en la cocina

pidiendo perdón.

Por no darle de comer

a mi abuelo de nuevo

con sus ojos lascivia.

Y para no defender la pureza

de falsos profetas consanguíneos

que me apretaron el pecho

hasta romperme.

Para que ningún malnacido

vuelva a restregar su cuerpo

en las piernas de mi prima

cuando vuelve de la escuela.

Y romper el maldito

maldito círculo vicioso

de los “secretos de familia”

manchados de pedofilia,

incesto, golpes y sangre.

Para que todas

podamos ser nombradas

Para que no deje

de retumbarnos

en la cabeza

hasta que gritemos.

Alzo la voz para no negarnos,

porque tenemos nombre

y no dejaremos que lo olviden

Si te gustó este poema de Jimena González y quieres leer más poemas de mujeres slameras, te recomiendo este poema de Mimí Kitamura que te resucitará al tercer día.

Si deseas saber más sobre los slams de poesía, haz click acá para conocer qué es un slam y cuáles son sus reglas.

Este poema de Mimí Kitamura te resucitará al tercer día

Hay poemas capaces de llevarnos a un mundo distinto simplemente por su forma de usar el lenguaje, ese es el caso de este poema de Mimí Kitamura, una joven exponente del spoken word mexicano. Aunque resulte difícil de creer su plan nunca fue estudiar letras ni hacer poesía en voz alto, en realidad su primera opción fue diseño gráfico, pero por ciertas circunstancias de la vida terminó estudiando letras hispánicas y acercándose a la poesía a través de las páginas de otros. En ese momento, esta joven palabrera, no se imaginaba que un día la poesía sería algo que ella hiciera, algo que la atravesara y cambiara su forma de relacionarse con el mundo. Pero así fue.

Eventualmente Mimí Kitamura se involucraría con el poetry slam mexicano y entre uno y otro torneo, gradualmente ha llegado a la conclusión de que poner un poema en escena requiere algo más que únicamente leerlo de una página. Por esa razón este poema de Mimí Kitamura, titulado parábola del exilio, incluye un track de audio, en el que el escucha-lector puede apreciar un poco más del universo emotivo y creativo que Mimí crea con sus poemas.

Parábola del exilio 

Arrebatarme de los labios 

aleteos de mariposa 

que en mi sexo se congelan 

al contacto del incienso 

Sumergirme en los ayeres 

aleteos de telaraña

que en murmullos me atraviesan 

desde el sur al pensamiento 

Impasible el pensamiento 

asimetría del ser y el sueño 

que me araña en la pupila 

el latido de la suerte 

Voz ausente 

Inmensa rabia 

Vida y ciencia

Hermana muerte 

Toma de mis labios
el fervor que me ha clavado 

en la palabra y en el verso 

que dilatan mis lamentos 

Tierra y muerte Sangre fértil 

Devuélveme al silencio
que esta carne estalla y vuelve 

convertida en fe ferviente
fiel creyente del diluvio
y del augurio del castigo intermitente 

Lluvia ardiente
Instante de locura entretejido en la eufonía de mi mente 

Devastados al descuido 

de la luz y el movimiento 

extinguimos todo amor 

adoramos todo invierno 

Y en la histeria en que creemos 

disolvernos y perdernos 

Resucita-explota el verbo
y divide nuestros cuerpos 

en espíritu y desierto 

Y la realidad es voz del tiempo

Y ese tiempo que es zozobra 

es flor del pensamiento 

fruto ardiente de la sombra

intermitente túnel del recuerdo 

Volver a balancear mi yugular 

del cielo al templo 

Escapar de mis adentros 

Gritar melancolía 

Derramar en tu costado
mis fluidos, mis suspiros, mi armonía 

Recostarnos en la sangre
que era mía
que olvidaste o preferiste no mirar
mientras me diseccionaban la existencia en una herida 

Dime qué encontraste en mi pupila 

cuando el último aliento me arrebataba 

el derecho a seguir descosiendo mi vida 

Dime si el reflejo de tu cuerpo
mantuvo su sonoridad de hielo a la sombra de mi estirpe extinta
o acaso suspendiste el fugaz ardor de mi locura, en tus caricias frívolas 

Aún me queda la esperanza de mantenerme 

Bajo la ráfaga adormecida
mas me conformaría
con que aleteara el viento
de mi nombre las primeras sílabas 

Sofocada mi sonrisa 

dónde olvidaré al amanecer 

para no sentirme vacía 

Frente al mar 

adoraba dejar mi lágrima entumecida 

de tanto que se clavaba
en mi corazón la desdicha 

Engáñame y dime que sigo perdida 

con la frente marcada y sin guía
y tras la cúpula
el destello de mi amor de niña 

Dime que el pecado
Aún me extingue la inocencia que siempre creí dormida 

Que traigo clavada la espina en mi costilla
y aún pretenden lanzarme una piedra al estigma 

Engáñame y ofréceme
cambiar mi existencia en un desierto por 40 días 

Engáñame y dime que, aunque tenga vagina, también me resucitarás al tercer día. 

* Si quieres conocer más sobre el slam de poesía te recomendamos ir aquí.

** Si te interesa la poesía escénica tenemos esto para ti.

Spoken word en Español: Los sonidos que me guardé y sus múltiples encarnaciones sonoras

El origen de los sonidos que me guardé

Los sonidos que me guardé es una pieza poética que escribí por ahí de 2010 y que terminó por formar parte de mi tercer poemario conformado por obras de corte oral, titulado el Bombón Vudú. Me refiero a él como una pieza poética y no un poema porque quiero hacer una distinción entre el poema cuyo soporte fundamental es la página y el poema que se vuelve una  pieza escénica que atraviesa al intérprete vocal y corporalmente. De tal manera que su apoyo fundamental está en el cuerpo y el aliento, es decir, en los fundamentos de la vida misma. 

Para mí es de vital importancia hacer esta distinción, porque me parece que sin ella, la comprensión de mi trabajo resulta elusiva.  Cada que me invitan a un programa de radio, mesa de discusión o feria del libro, hago hincapié en que mi trabajo no es literatura, sino poesía en voz alta.  Lo que quiero decir con esto es que yo escribo mis poemas para capturarlos y recordarlos, no con la intención de que sigan las reglas y formas de la tradición literaria, sino como una guía que me permite volver a ellos para aprendérmelos y desarrollarlos como piezas escénicas que pueden utilizar únicamente mi cuerpo y mi voz como vehículo o que pueden convertirse en piezas de poesía expandida cuando integro otros elementos como el looping en vivo.

Las versiones

Los sonidos que me guardé es un muy buen ejemplo de esta dinámica. Es cierto que está escrito en las páginas del Bombón vudú y que antes de eso fue publicado por la revista la Piedra, pero originalmente fue concebido como una pieza sonora. Una primera muestra de esto es lo que quedó plasmado en el video blanco y negro que grabé en 2012 junto con Diego Guadarrama —que en ese entonces formaba parte del colectivo detrás de revista la Piedra— y Mike Brie.

 

Este video incluye lo que yo llamo una primera versión o una versión base, en la que ya no tengo necesidad de consultar el texto en la página, pues lo he integrado lo suficiente para empezar a jugar con él y lo interpreto jugando con el fraseo, la sensación del tiempo, los sonidos, dinámicas y las intenciones o sentimientos.  Considero esta etapa de mi trabajo como una versión base,  porque yo pienso en cada una de mis piezas como si fueran un estándar de jazz. De tal forma, que la  página con el texto es como un lead sheet para los músicos que sólo incluye el compás, la progresión de acordes y los tonos clave de la melodía, los cuales deberán de ser interpretados por el músico para adquirir vida. De la misma manera, yo tengo en la página las palabras básicas que debo interpretar, sólo que aunque mi instrumento también proyecta al exterior, en realidad es interior, porque soy yo misma: mi voz y mi cuerpo.

Al igual que un estándar de jazz que deja mucho espacio para la interpretación personal o para hacer arreglos nuevos, mis piezas en general  y Los sonidos que me guardé en particular, tienen mucho espacio para poder hacerle variaciones, nuevos arreglos, colaboraciones y demás monerías que terminan por transformarla en una pieza de poesía expandida. Es por esta razón que aún después de nueve años me sigue resultando divertido interpretar esta pieza en vivo.  Un ejemplo de cómo esta versión base que únicamente utiliza los recursos del cuerpo y la voz puede desembocar en un arreglo distinto y convertirse en una pieza de poesía expandida es la versión de Los sonidos que me guardé con live looping que grabamos para la primera temporada de Spoken Word MX  (2018) y que les comparto a continuación.

Antes de continuar, debo de decir que esta no fue la primera versión de Los sonidos que me guardé que incluyó live looping. Ya que en 2013 durante una entrevista en Código DF, hice una improvisación en vivo de la pieza procesándola con un Line 6 DL4. Todo esto quedó documentado en este audio que es parte de una miniserie con una retrospectiva de mi trabajo hasta ese momento.

Como podrán notar, todas las versiones están basadas en el mismo texto o secuencia de palabras, pero la interpretación varía de acuerdo a los recursos utilizados y el contexto en el que ocurrió. Cada una de las versiones tiene pequeñas diferencias en la interpretación, fraseos, intenciones e incluso el registro vocal en la que lo interpreto, pero en general, la estructura es una constante. Así que yo al momento de abordar cada re-interpretación la considero mi columna vertebral. Dicha estructura incluye una sección que es un solo vocal y tiende a variar con cada interpretación. Es algo que disfruto mucho porque a veces ni yo sé qué pasará y voy descubriéndolo junto con el público. Es parte de lo que mantiene la pieza viva para mí y probablemente una de las razones por las cuales no me he cansado de interpretarla.  En ocasiones el solo vocal es una  canción que ya existe y que viene a mí en ese momento. Una muestra de esto es la siguiente versión que incluye una versión rápida de The house of the rising sun con looping. Este es un track de un ensayo en mi casa, pues a suelo grabarme para poder retomar ideas y corregir cosas que no están funcionando.

Así que esta es la historia de las muchas versiones o encarnaciones de Los sonidos que me guardé y también una explicación de cómo estas multiversiones son un derivado de mi forma de abordar la poesía en voz alta. Si te gustó este post, te sugiero que le eches un vistazo al canal de youtube de Diosaloca MX donde podrás encontrar otras piezas mías, pero también a otros intérpretes de poesía interdisciplinar.

Slameros mexicanos que han representado al país en un poetry slam internacional

 

 

Bienvenidos a Spoken Word MX gracias por leer esta  serie eslamera que mensualmente escribo para ustedes, esta nueva entrega trata sobre los slameros mexicanos que han representado al país en un poetry slam internacional.

¿Cómo ha pasado esto? ¿Quién ha ido a un torneo así?

En el año 2014 fui el primer slammer mexicano invitado a participar en el primer slam internacional latinoamericano en el marco de la FLUP, a partir de noviembre de ese año, este slam llamado Rio Poetry Slam se celebra continuamente en alguna favela de la  periferia de Río de Janeiro, Brasil, en un festival diseñado específicamente para las comunidades de los barrios. Este slam, no es un slam de ¨campeonxs¨ como el que existe en Francia o como el que existirá en 2019 en Inglaterra… pues muchas sorpresas nos esperan para este nuevo torneo mundial slamero  del que pronto les compartiré más noticias. Sino que es un slam internacional de poesía basado en la curaduría, lo cual le da un sentido incluyente y también añade sorpresa, pues no van necesariamente quienes han clasificado como campeones locales en su respectivo país. Sino slameros que cuyo trabajo corresponde a los valores de diversidad, inclusión y calidad de la FLUP.

Deben saber que estoy escribiendo y recopilando testimonios para un libro llamado  ¨Las palabras intactas ¨ que saldrá en 2019  y versa sobre el slam mexicano, diversos temas relacionados, pseudo crítica y testimonios nacionales e internacionales. En esta nota les comparto un poquito de los testimonios vertidos, para dicho libro, por los slameros mexicanos participantes en el slam internacional de Río de Janeiro desde 2014 hasta 2017.

El slam internacional de Río de Janeiro en palabras de los slameros mexicanos

Conocí a gente grandiosa, a slammers/gestores realmente comprometidxs en el Poetry Slam de sus países y sus comunidades, otrxs no tanto, 16 competidorxs de diferentes países, pero sobre todo a PERSONAS con un ímpetu imparable en pro a la poesía y la gente que hace que tenga voz, “aprendí” de ojos y cara cómo trabajan muchas de las escenas eslameras en el mundo, aun no institucionalizadas son ligas profesionales nacionales, otras persisten gracias a los apoyos de sus gobiernos o privados, un montón de opiniones diferentes pero muy similares sobre el slam, toda una geovisión de este ejercicio… Creo que es increíble sentir los performances en el torneo, en el instante, pues están abiertos a una gamma de experiencias únicas… lo mismo para cualquier representante de cualquier país que se encuentra solx y respaldadx únicamente por su poesía y práctica en el escenario, nadie te dará palmaditas, y en mi circunstancia como primer slammer, menos. Otra cosa es que es muy importante hablar inglés como mínimo, la mixtura de idiomas también hace que la estadía sea un fenómeno hermoso y una locura gramatical, poder comunicarte e intercambiar conocimiento es imprescindible, aunque mira, ponerse la camiseta de eslamerx de cualquier país del mundo en un mundial de slam no es un exención del representante, acaba siendo un pretexto para conjugarte con personas que sienten muy similar el ejercicio, rompiendo las fronteras con miradas, palabras mal pronunciadas, gestos, sonrisas, bailes y arrojadamente que se hablan con poesía para poder entenderse al fin. El pasado espectador y un futuro concreto más los propósitos que intencionadamente dieron eco en mí, tienen que tener consecuencia en México. ¡Gracias Roberta!

Comikk MG, representante en 2014

Regresando de mi experiencia compartí un catalogo de slammers mexicanxs activxs de la época y tiempo después me enteré de que seleccionaron a  Karloz Atl, aquí sus palabras intactas:

“Toda la experiencia acumulada en el poetry slam mexicano por diez años era mi vestidura. México lo comprendí, tiene una de las poéticas slameras más diversas y potentes del mundo. Nunca será ajeno al slam mexa el son jarocho, el son arribeño, el son huasteco, el albur, los cantos y rezos indígenas, el rap, el performance, las artes escénicas, las coplas, el pregón, el choro, el canto del merolico, del vendedor ambulante ni mucho menos el aullido, la necesidad generacional de gritar a diestra y siniestra el poema… Al estar en un escenario internacional las técnicas y contenidos tienen que ser pensados desde una realidad más amplia, global, latinoamericana, iberoamericana, morena, migrante, mestiza, negra, indígena por mencionar algo; en la que existe gente de África haciendo slam, de Inglaterra luchando por las juventudes, de Estados Unidos hablando desde la negritud lésbica, de Brasil mismo slameando ante los asesinatos por parte del Estado. La realidad nacional o local debe ser trabajada de tal forma que sea comprensible en otros idiomas y en otros contextos… Entendí que la preparación profesional de un o una representante de México debe ser más firme y fuerte que la que se tiene para un contexto nacional o local. Los poemas que presenté sin duda me habían colocado en un lugar importante dentro del movimiento eslamero mexicano, pero ahí se requería ir más allá, tanto a nivel energético, como estético y de gestión cultural internacional”.

Karloz Atl – representante en 2015

 

Posteriormente Edmeé Diosaloca, fue la primera mujer espokenwordera que reventó Río con un performance de primera categoría, mismo que la hizo llegar a la gran final. Ya que cabe mencionar el slam de Río tiene cuatro etapas: octavos, cuartos, semifinal y final.  Además de lograr obtener el tercer puesto y con ello traer la primera copa internacional para México de vuelta a casa. Luego Edmeé regresó al poetry slam mexicano para definir las críticas y sin depreciaciones dejar huella. Ya que a su vuelta sentó un precedente al continuar aportando a la escena como parte del Circuito Nacional de 2016 a 2017. Lo cual culminó con la producción técnica de todo lo que ocurrió en el escenario durante el primer Slam Nacional MX.

“En 2016 fui a participar al slam internacional de la FLUPP de Brasil, trayendo el tercer puesto a casa. Ahí me di cuenta que lo importante es tener acceso a una comunidad de personas que aborden la disciplina que te apasiona de la misma manera en que un músico o un bailarín profesional abordan su disciplina. Es decir, con compromiso y en una búsqueda constante de nuevos caminos y formas de mejorar. Ya que esos otros “competidores” son realmente tus pares y sus interacciones y presencia te nutren haciendo posible un “nosotros”.”

Edmeé Diosaloca  –  representante en 2016 

Estos testimonios y los caminos vertidos llegan a Juan Sant, quien fue seleccionado directamente en México por Roberta Estrela D’Alva, cuando la invitamos al primer Slam Nacional MX en junio del 2017.

“El avión descendió en el aeropuerto Santos Dumont a las 10:00 am el 10 de noviembre, a cierta distancia se divisaba el mar de Rio de Janeiro, siempre soñé volar y ya lo estaba haciendo, no conocía el
mar y ya lo tenía en la mira. El taxi que envió la organización de la FLUP ya me estaba esperando. Al poco tiempo ya me habían instalado en un hotel de Vidigal con una hermosa vista al mar y las
montañas “Morro Dois Irmaos”. Todo estaba muy bien organizado por la FLUP, lxs poetas bastante amigables que a pesar de no hablar el mismo idioma teníamos un lenguaje en común: “poesía”. Variedad de estilos e idiomas se vertieron en el escenario de la FLUP empezando desde temas más personales, cómicos, versos acompañados con sonidos ejecutados con la boca y el cuerpo (similar al beat box), canto, temas sociales, etc…. Es increíble como integran, apoyan, dan voz y toman en cuenta una zona marginal y al platicar con uno de los slamers del slam nacional de Brasil me dijo: “como no obsesionarme y querer ganar si realmente no tengo nada… realmente esto es todo lo que tengo, mi boleto para salir de aquí” frase que me recordó a la periferia en la cual vivo. Mi desempeño en dicho evento fue lo mejor que pude, no fingí algo que no soy y me mostré ante los oyentes tal cual soy y siento, con el mismo orgullo que muestro en cualquier escenario, el mismo orgullo cuando digo que soy…INDÍGENA…”

Juan Sant – representante en 2017 

 

 

Para el slam en Brasil 2018 es un año complejo, un año de reencuentros y visibilizaciones  , pero no hay apuro, México volverá al Río Poetry Slam en el 2019. Mientras tanto les cuento que me invitaron este año a la primera CASP Coupe d’Afrique de Slam poésie, que se celebrará en Yamena, Chad – África, para participar como embajador en este acontecimiento tan importante en el mundo, aun no sé si lo lograré pues el costo de los vuelos y el visaje es muy complicado, pero para que se emocionen les dejare su pagina web que contiene toda la info, y así puedan maravillarse del poder del Poetry Slam en África: CASP.

Lo que si es un hecho es que en marzo del año entrante voy a competir en Barcelona, pero eso será otra historia. Ésta  sólo es una breve nota del slam de poesía, yo estaré mes a mes añadiendo más información y perspectivas. Mientras tanto si quieres saber más sobre la diversidad en los slams de poesía en el mundo, checa la entrega anterior aquí: Slams en el mundo, diversos y poderosos Si quieres saber más sobre qué es un slam de poesía y quiénes pueden participar encuentra la información por acá. Además te invito a que conozcas SLAMIN – Poetry Slam México

Desde Spoken Word MX, toca las palabras intactas.

Los slams de poesía en el mundo: diversos, numerosos y poderosos

Bienvenidos a Spoken Word MX y esta segunda entrega sobre la diversidad de los slams de poesía en el mundo, en esta serie que mensualmente escribo para ustedes. En la nota anterior les compartí sobre la variedad eslamera y sus formatos y les comenté de una segunda parte, como lo prometido es deuda, en esta nueva entrega les platicaré un poco sobre el poetry slam y la diversidad de temas y posturas que se comparten y aplican al rededor del globo en algunos slams importantes. Ya que la diversidad de mensajes me parece un atributo invaluable del slam, su poder… un reflejo de esto son la gama de temas y luchas que se vuelven visibles a través de la voz de los participantes en los múltiples slams de poesía en el mundo.

Aquí en México ha sido significativa la existencia y el trabajo de la primera liga feminista Slam FeMx que es una liga eslamera separatista, en donde sólo mujeres puede participar, así como heterosexuales, bisexuales, lesbianas, transgénero, transexuales, feministas o no. Es importante mencionar que el surgimiento de los slams separatistas se ha dado en otros slams del mundo.  Por ejemplo en Brasil existe el Slam das Minas SP (Sao Paulo) que en su descripción menciona su surgimiento en marzo de 2016 en el mes de la mujer, creando un espacio de voz y recibimiento para las minas, monas y manas. Además de garantizar una vacante femenina para el torneo nacional Slam BR, muy similar a lo que hace el Slam das Minas RJ (Río de Janeiro) .  Por otro lado, en Argentina existe el Slam de Poesía Oral Feninja que pone el concepto de ruptura o separatismo y que explana toda la postura disidente. En Estados Unidos el PSI tiene uno de los torneo más importantes del mundo, el Women of the World Poetry Slam (WOWPS) que surge en 2008 y hasta ahora es un slam en el que  solamente participan mujeres.

En nuestro país existe también el Slam Queen Queer de Editorial Versonautas que en su descripción explica que está encargado y pensado para servir como medio de expresión a las diferentes manifestaciones artísticas y principalmente a las de la comunidad LGBTTTIQ, en este poetry slam es permitido el uso de disfraces, drag, instrumentos musicales y otras performatividades, además de que está abierto a participaciones no únicamente Queer sino permitiendo la mezcla. El Seattle Poetry Slam presenta su Annual Queer Slam! en la semana del orgullo y sólo pueden participar personas que se identifican en algún lugar bajo la Queer Umbrella.

Entre los de slams de poesía en el mundo existen algunos que se distinguen por las temáticas sociales y políticas. Un ejemplo claro es el Slam Resistência en Sao Paulo donde mas de trescientas personas se congregan en la plaza Roosevelt para  escuchar poemas, mismos que designan la discursiva a la resistencia, el género, la protesta, al apoyo de los movimientos sociales, enfrentamientos políticos activos en defensa de los derechos y la cultura, etc. En el Circuito Nacional Poetry Slam MX creamos el Slam de Poesía en Lenguas Originarias  donde hemos expuesto a talentos nativos y no, hablantes de lenguas maternas como el náhuatl, totonaco, cuicateco, mazahua y mazateco. Con el propósito de poner el acento en cómo la lengua materna ha definido las vivencias de sus expositores.  Estos son algunos ejemplos de como los slams de poesía en el mundo han ido tomando diversos rostros y formas.

Aunque parezca ridículo en la opinión de algunxs,  hay un tipo de ¨ortodoxia¨ en el slam (como si no tuviéramos suficiente con la academia), que defiende las reglas ¨tradicionales¨ como las de no hacer ejercicios separatistas, o no usar objetos, disfraces, instrumentos, o no centrarse en una sola guía o temática para las palestras . Yo creo que estos ejemplos ponen en cuestionamiento temas de suma importancia para las personas, generan discursos y conceptos críticos, de empoderamiento y nuevas expectativas de reeducación y para desaprender y también para visibilizar nuestras realidades.

A mí me gusta ver el slam dentro del contexto del slam al que vas, cada uno es diferente. Es correcto respetar las reglas básicas del slam, para efectos del torneo. También es correcto creer que este ejercicio es un espacio para dar voz a narrativas empoderadas, disidentes y de acción social y proponer diferentes cosas.  Es decir, un slam puede ser una invitación para escuchar historias de personas que usualmente no forman parte de tu círculo de amigos. Es algo que te invita a cuestionarte sobre cosas que hasta ese momento diste por sentadas, te invita a descolonizar tu mente.

Ésta es sólo es una breve nota del slam de poesía, yo estaré mes a mes añadiendo más información y perspectivas. Mientras tanto si quieres saber más sobre la diversidad en los slams de poesía en el mundo, checa la entrega anterior aquí: Descubre la impresionante diversidad de los slams de poesía. Si quieres saber más sobre qué es un slam de poesía y quiénes pueden participar encuentra la información por acá.

Desde Spoken Word MX, toca las palabras intactas.

Conversación con Edmeé García Diosaloca, convergiendo desde la palabra

Incluso antes de esta conversación con Edmeé García ‘Diosaloca’, #PuntodeConvergencia es algo que ya sucedía y que quisimos trasladar de la intimidad de la sala de la casa a las redes sociales… no se trata de hacer entrevistas, ni crítica; se trata de contarnos qué hacemos y porqué lo estamos haciendo. Es un espacio cuya única prioridad es converger y compartir.

Convergiendo, del verbo somos

Alguna tarde regresé de trabajar y me encontré a una amiga -que pasaba sus vacaciones en mi casa- sentada en la sala, componiendo una canción… otro día estábamos cenando con un grupo y alguien sacó un papel arrugado del saco y nos leyó su cuento más nuevo y más pequeño… en más de una reunión han corrido las guitarras, las canciones, los poemas, las improvisaciones… Y, si todo esto pasa, ¿por qué no lo ponemos frente a una cámara y nos contamos de qué va? Así nació #PuntodeConvergencia. Un proyecto que me gusta, que me divierte, que me da un pretexto más para sentarme a platicar con gente interesante y chingona, gente que está haciendo, que está creando y que está compartiendo.

Poesía es camino

Hablar de la palabra es hablar del vehículo que nos presta y de las razones que es para que nos subamos a ese vehículo. La palabra como medio y como fin; la palabra como inicio y camino.Por eso la palabra no tiene una sola casa ni vive sólo en los libros. Por eso, cuando hay un #PuntodeConvergencia con un trabajador de la palabra, hacemos la poesía nuevamente -cada vez y todas las veces- y sacamos, siempre, a pasear las letras. De esto hablamos en esta conversación con Edmeé García Diosaloca

PdC ha tenido -y seguirá teniendo- invitados de diversas disciplinas. Queremos que la poesía dialogue con la canción, la ilustración, el arte gráfico y visual, las impros… que dialogue incluso con el silencio, si es que fuera necesario.

De la poesía que se escribe a la poesía que se escucha

El cuarto programa de #PuntodeConvergencia fue una muy nutrida conversación con Edmeé García Diosaloca; la plática se fue extendiendo y decidimos no cortar contenido aunque sí dividir el programa en dos partes para hacerlo más accesible a los navegantes de la red.

La primera vez que me tocó compartir la palabra con Edmeé fue en un Encuentro de Poesía Social en Tlaltelolco; ahí estábamos todos, junto a la iglesia y sobre las ruinas, en un punto geográfico de México que ha sido históricamente lugar de sangre, de protesta… un sitio en el que el verbo ha sido acción. Ella habló de la victimización social de la que somos objeto las mujeres, de la necesidad de creernos que no, que el acoso no es nunca culpa nuestra. Y aunque este fue el punto de inicio de una convergencia hermosa, con el tiempo fuimos descubriendo que había muchos otros.

Una de las cosas que más disfruté de la conversación con Edmeé García Diosaloca en #PuntodeConvergencia fue el explorar esta visión compartida de que la poesía no es sólo la palabra y que la palabra no es sólo el sonido del habla, sino todas las combinaciones que la voz y el cuerpo y el ser nos puede brindar.

 

La poesía como género literario tiene sus normas, sí, y la variedad de sus formas, estructuras y tradiciones hacen que cambie en ella también la musicalidad propia de cada texto. El spoken word tiene también su musicalidad, y el hecho de que este ejercicio poético esté alejado o fuera de esas normas que se consideran ‘clásicas’ no significa que carezca de un ritmo o un sonido propio; incluso, no significa que pueda carecer de ellos.

 

Esta es una de las búsquedas más complejas e interesantes para quien trabaja la poesía en voz alta. Y es también, quizá, el punto en el que mayor compromiso y honestidad necesita uno tener para con su trabajo y su palabra

La poesía genera comunidad; la comunidad es poesía

Supongamos que pudiéramos, por un momento, diseccionar el ejercicio de ‘hacer poesía en voz alta’. La parte más visible pudiera ser la del poetry slam, que en México se ha ido popularizando en los últimos años, gracias al esfuerzo que han hecho un puñado de tercos -idealistas y amorosos– que van llenando de eventos las ciudades a lo largo y ancho del país.

La gente llega, se inscribe, participa… hay un jurado, un público y un grupo de slammers… hay escenario, voces, ruidos, aplausos, gritos…  sí, pero más allá de la acción específica de hacer un texto en el escenario, está el hecho de la poesía que se comparte y el impacto que está teniendo en su propia comunidad. Luego está el tiempo del silencio. Ahí cuando todo ha terminado y cada uno ha de volver a su cuarto, a la hoja en blanco, a sus convicciones y la lucha personal, a veces -milagrosamente- la comunidad que se ha generado participa también en esto que somos a solas. Porque a veces, también, la poesía es el silencio y de eso también se trata esta conversación con Edmeé García Diosaloca.